El cambio climático no sólo amenaza el medio ambiente, sino que repercute en nuestra economía y, en particular, en los precios de los alimentos.
La inflación de los precios de los alimentos como consecuencia del cambio climático
El calentamiento global tiene el potencial de incrementar la inflación de los precios de los alimentos entre 0.9 y 3.2 puntos porcentuales anuales para 2035. Además, se prevé un leve aumento en la inflación general, que oscilará entre 0.3 y 1.2 puntos porcentuales.
Esta problemática no se limitará a ciertas regiones, sino que se va a sentir en todo el mundo, afectando tanto a los países de altos como los de bajos ingresos. Sin embargo, África será la región que experimentará el mayor impacto, a pesar de que contribuye mínimamente a las causas del cambio climático.
Evidencia desde Ghana
Un estudio realizado en Ghana ilustra cómo la inflación de los precios puede tener efectos concretos en la población. Se descubrió en Mion, un distrito rural del norte de Ghana, que el 99% de las personas sufrieron algún grado de inseguridad alimentaria durante el último año. De éstas, el 62% presentaban niveles moderados o graves de inseguridad alimentaria.
Los dos problemas interrelacionados de la inflación de los alimentos relacionada con el clima
El enfoque en el aumento de los precios de los alimentos vinculado al cambio climático se divide en dos cuestiones conectadas. Por un lado, los efectos del cambio climático que causan la inflación también complican la obtención de alimentos. Por otro lado, el crecimiento de la inflación en sí mismo representa un problema adicional.
Se observó en Ghana que las personas mejor informadas sobre el cambio climático tenían más probabilidades de mantener la seguridad alimentaria. Esta situación evidencia cómo los cambios climáticos pueden intensificar el riesgo de hambre para las poblaciones vulnerables.
Acciones frente al cambio climático
En la COP28, 134 países firmaron una declaración comprometiéndose a incorporar los sistemas alimentarios en su acción climática. La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero es una medida que podría limitar los impactos en la economía global.
Otras estrategias que podrían ofrecer protección incluyen la diversificación de las economías, especialmente para las comunidades que dependen de la agricultura. Por último, la intervención gubernamental se presenta como una necesidad para garantizar protección financiera y asistencia nutricional para aquellos más vulnerables a caer en el ciclo de la pobreza.