Los datos de más de 30 millones de registros de estudiantes han dejado al descubierto un sesgo secuencial en la evaluación de tareas por parte de los docentes. Un equipo de la Universidad de Michigan ha sacado a la luz esta realidad tras analizar los registros de evaluaciones enviadas y calificadas a través de un sistema de gestión de aprendizaje llamado Canvas.
Según el análisis, el sesgo es más pronunciado en ciencias sociales y humanidades, mientras que es menos notorio en ingeniería, ciencia y medicina.
Sesgo en función del apellido y orden de calificación
El estudio reveló que los estudiantes con apellidos que comienzan con las letras A hasta la E, reciben calificaciones 0.3 puntos más altas (de 100 posibles) que cuando la evaluación es aleatoria. Por otro lado, aquellos con apellidos de la U a la Z reciben calificaciones 0.3 puntos más bajas en la calificación alfabética.
Este fenómeno resulta aún más curioso considerando que, incluso cuando se califica en orden alfabético inverso (Z-A), el sesgo se repite de forma casi idéntica pero a la inversa.
La fatiga del evaluador
Un factor clave en este sesgo secuencial es la fatiga del evaluador. Es más, los primeros diez trabajos calificados generalmente obtienen alrededor de 3.5 puntos más (por cada 100 posibles) que los calificados del 50º al 60º.
Los comentarios de los evaluadores, analizados en el estudio, tienden a ser más negativos y menos educados si la tarea se califica más tarde. Además, estos trabajos con notas más tardías son más propensos a ser cuestionados.
Solución para el problema
El estudio sugiere que las instituciones educativas podrían necesitar contratar a más evaluadores para aligerar la carga de trabajo del personal y validar cruzadamente las calificaciones. Sin embargo, los investigadores propusieron una solución mucho más sencilla: cambiar a un orden de evaluación aleatorio, ya que el orden alfabético es el modo predeterminado de Canvas para ordenar las tareas de los estudiantes para la calificación.
Este documento de trabajo aún está siendo revisado por Management Science, pero los hallazgos presentados ya plantean una importante reflexión sobre la imparcialidad y la objetividad en el proceso evaluativo.