¿Alguna vez te has preguntado por qué las estrellas de mar parecen ser todo cabeza y ninguna parte del cuerpo? Un reciente estudio proporciona nuevas perspectivas.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford han estado estudiando a los equinodermos, un grupo de animales que se describen principalmente como “parecidos a cabezas”. Este grupo incluye no sólo a las estrellas de mar, sino también a los erizos de mar, dólares de arena y pepinos de mar.
La singularidad de estos animales reside en su extraña arquitectura corporal. A diferencia de muchas otras criaturas que exhiben una simetría bilateral “izquierda-derecha”, los equinodermos usualmente tienen una simetría corporal de cinco partes. Más aún, estas criaturas pueden moverse a pesar de la ausencia de un cuerpo bien definido. Son, por así decirlo, cabezas móviles.
El objetivo del estudio
Los investigadores hicieron un esfuerzo por determinar la ubicación de los equinodermos en el superfilo deuterostomado, un grupo que incluye a los vertebrados y a los propios equinodermos. Para ello, se llevó a cabo un estudio molecular en una especie de estrella de mar conocida como Patiria miniata, o estrellas de murciélago.
Las investigadores se valieron de la tomografía de ARN y una técnica llamada hibridación in situ para generar un mapa tridimensional de la expresión de genes en el organismo de la estrella de mar durante su crecimiento.
Descubrimientos notables
El estudio reveló la presencia de un conjunto de genes en la estrella de mar que ayudan a desarrollar los brazos, desde más o menos la región media hasta la punta. Pero no se encontró un conjunto de genes que suelen contribuir al desarrollo del tronco del cuerpo en otros deuterostomados.
Esta ausencia de genes sugiere que los equinodermos podrían haber tenido en algún momento la capacidad de desarrollar un cuerpo, pero que la perdieron en algún punto de su larga evolución. Este descubrimiento brinda herramientas para entender mejor la naturaleza de los equinodermos y para interpretar cualquier fósil que se encuentre en el futuro proveniente de eras pasadas.
Los resultados de esta importante investigación han sido publicados en la revista de prestigio, Nature. Este estudio rompe barreras y abre nuevas vías para la comprensión de estas singulares criaturas.