En los inhóspitos y congelados páramos de los Andes, en la Puna de Atacama, se han detectado ratones a altitudes de hasta 6000 metros, en la cima de los volcanes. Estos descubrimientos están desafiando las teorías existentes y abriendo nuevas líneas de investigación.
Ratones en la cumbre: ¿Un sacrifio Inca?
En un primer momento, los arqueólogos pensaron que estos ratones habían llegado hasta las cumbres llevados por los Incas, como parte de las ceremonias de sacrificio del Capacocha. Pero recientes descubrimientos han puesto en duda esta hipótesis.
Descubrimientos que cuestionan las teorías existentes
La captura de un ratón vivo a esta altura y el hallazgo de varios ratones momificados han cuestionado la teoría del sacrificio Inca. Los estudios del ADN de estos ratones, preservado gracias a la momificación, han proporcionado datos sobre su historia evolutiva.
Asimismo, los datos genómicos indican que los ratones encontrados en las cumbres y los de las partes inferiores de los volcanes pertenecen a la misma población. Esto sugiere que los roedores han encontrado una forma de sobrevivir en este ambiente extremadamente difícil.
Investigando las adaptaciones de los ratones de montaña
Los investigadores han iniciado la recogida de ratones de diversas altitudes para establecer colonias cautivas y así poder estudiar más de cerca sus adaptaciones a la vida en la montaña. Aunque no se sabe por qué estos ratones han decidido habituar a tal altitud extrema. Una posibilidad es que hayan subido para escapar de los depredadores de las altitudes más bajas, pero esta elección conlleva sus propios riesgos.
El hallazgo de madrigueras y ratones vivos en las cumbres apoya la idea de que los roedores son residentes de largo plazo y no simples visitantes. Este descubrimiento apunta a la posibilidad de que estos roedores hayan desarrollado una forma de sobrevivir en un ambiente que se asemeja mucho al de Marte.
Estos hallazgos fueron publicados recientemente en la revista Current Biology.