A mediados del siglo pasado, París vivió una revolución en su sistema de reparto de cartas y paquetes pequeños. Un enrevesado mecanismo de tubos subterráneos neumáticos cruzaba la ciudad de un extremo a otro, garantizando la entrega eficiente de la correspondencia a su destino en los años 30. En nuestros días, un descubrimiento sorprendente se ha hecho en un escenario completamente distinto, pero guarda ciertas similitudes con ese antiguo sistema parisino: las células de los embriones de peces.
El descubrimiento: nanotubos de túnel en células de embriones de peces
Un grupo de investigadores en Francia ha observado cómo en los embriones del pez cebra se forman unos largos y finos tubos que se encargan de transportar cargas entre las células. Este descubrimiento es único en su tipo, y se convierte en la primera demostración del funcionamiento de los nanotubos de túnel en un embrión vivo.
Estos tubos, que pueden alcanzar hasta 100 micrómetros de longitud, ofrecen un vital servicio de transporte intercelular. La primera vez que se vieron células extendiendo tentáculos a otras células, más conocidos como nanotubos de túnel, fue en 2004. Desde entonces, su estudio ha avanzado de manera significativa.
Los nanotubos como autopistas celulares
Se ha evidenciado que incluso las células de cáncer utilizan estas “autopistas nanotubulares” para absorber las centrales eléctricas, denominadas mitocondrias, de las células saludables. Es por ello que se piensa que los nanotubos podrían estar jugando un papel en el desarrollo de diversas enfermedades, como el cáncer, el Alzheimer, el VIH y el SARS-CoV2.
Observación en un entorno vivo
Ver estos sistemas mini-postales funcionar en una placa de Petri es una cosa, pero confirmar que la misma red existe dentro de un animal vivo es otro desafío. Los investigadores franceses han superado este obstáculo al estudiar el crecimiento de los tentáculos dentro de embriones transparentes de pez cebra, que se desarrollan de manera rápida.
Descubrieron que, una vez que el embrión alcanzó su etapa de gástrula, aproximadamente el 35 por ciento de las células marcadas estaban conectadas por nanotubos de túnel. Este hallazgo se confirmó en los embriones de pez tras inyectar las células con una proteína Dendra2, demasiado grande para pasar a través de otros canales intercelulares.
Además, también se inyectaron células con un tinte de ARNm que marcaría las mitocondrias de una célula. Posteriormente, pudieron observar estas mitocondrias siendo transportadas a través de un nanotubo a una célula distante. Este descubrimiento abre un nuevo capítulo en la comprensión de los procesos celulares.