Un estudio realizado en una propiedad en Annerley, Brisbane, Queensland, Australia durante el bloqueo por el COVID, ha revelado una rica diversidad de especies que viven en este terreno de 400 metros cuadrados. Originalmente, los investigadores esperaban encontrar alrededor de 200-300 especies, pero la cifra ascendió a un total de 1,150 descubiertas a lo largo de un año.
Variedad de fauna
Entre las especies identificadas, muchas eran bien conocidas por los investigadores, pero había otras que apenas se habían registrado antes. Tres de las especies descubiertas nunca se habían documentado en la base de datos de biodiversidad de Australia y ofrecieron a los científicos una oportunidad única para estudiar nuevas formas de vida. Un mosquito raro, un mosquito arenoso y un gusano plano invasivo se encontraron entre las especies descubiertas.
Importante número de insectos y plantas
Además de los mosquitos y gusanos, los investigadores encontraron 13 especies de mosquitos, 56 especies de arañas y 103 especies de plantas, 100 de las cuales no eran nativas. Los dos árboles de lilly-pilly presentes en el jardín atrajeron a la mayoría de las especies nativas.
Proliferación de polinizadores
El jardín era un hervidero de actividad con más de 70 especies de abejas y avispas. Además, se registraron 109 especies de moscas. Los investigadores también contaron con 436 especies de mariposas y polillas, algunas de las cuales eran tan grandes como una mano humana.
Interacción entre especies
Se observaron 10 especies de mariposas “azules” que usaban hormigas para proteger a sus orugas de los depredadores. De manera interesante, se encontraron menos de 100 especies de escarabajos, lo que podría indicar una disminución de la población de estos insectos.
Significado del descubrimiento
Este descubrimiento ha resaltado que incluso los ambientes urbanos pueden albergar una rica biodiversidad si se mantienen suficientes espacios verdes. Al evitar el uso de pesticidas y mantener la vegetación, podemos fomentar la vida salvaje en nuestros propios jardines. Los investigadores sugieren revisar la luz del porche o balcón por la noche para observar la vida silvestre urbana.