En una observación fascinante, Clare Jacobs y su hija Megan, lograron capturar en cámara una interacción poco común entre un águila marina y una foca gris, en el puerto de Newtown, Isla de Wight. Un instante que pone de manifiesto la riqueza de la vida salvaje y las relaciones entre las especies.
El encuentro entre una foca gris y un águila marina
El águila marina, o águila de cola blanca como también se le conoce, se hallaba atacando cerca de la superficie del agua durante la marea alta. Súbitamente, una foca gris adulta emergió del agua, ladró al águila e inesperadamente, escupió un chorro de agua en su dirección.
Una conducta sorprendente y no registrada
Se piensa que la foca estaba intentando alejar al águila para proteger su comida – los peces que nadaban en el agua. Esta conducta de escupir es un fenómeno raramente visto en vertebrados, siendo ésta la primera vez que se documenta una foca gris utilizando este tipo de defensa o disuasión contra un enemigo aéreo.
Competidores en la naturaleza
Las focas grises, que pueden llegar a medir más de dos metros, están en constante competencia con las águilas marinas por los peces, su principal alimento. Las águilas marinas son la especie más grande en Europa, con envergaduras de hasta 2.37 metros. Interesante notar que las águilas desaparecieron de la Isla de Wight en 1780, y fueron reintroducidas por conservacionistas en 2019.
Un mundo de interacciones desconocidas
Este encuentro sirve como recordatorio de cuánto desconocemos aún acerca de las interacciones en la vida salvaje. También pone en relieve cómo los animales pueden adaptarse rápidamente a nuevos vecinos en su hábitat.
El detalle de este encuentro entre el águila marina y la foca gris se publicó en la revista de la Sociedad de Historia Natural y Arqueológica de la Isla de Wight.