Un descubrimiento asombroso ha sacudido el mundo científico: antiguos aminoácidos han sido encontrados en cáscaras de huevo fósiles, representando una evidencia única de materia orgánica antigua.
Los aminoácidos, componentes básicos de las proteínas en los organismos vivos, son testimonios valiosos de la vida en el pasado. Sin embargo, un obstáculo frecuente para los científicos ha sido la escasez de materia orgánica que ha logrado sobrevivir a millones de años para permitir el estudio de la biología de organismos extintos.
La investigación, que no esperaba a priori contar con las pruebas de fósiles de cáscaras de huevo, realizó un hallazgo fortuito. Estos fragmentos de cáscaras de huevo de dinosaurios fueron ilegalmente exportados desde Argentina en el 2000. Se estima que las cáscaras de huevo que se analizaron tienen una antigüedad de entre 66 y 86 millones de años.
Los aminoácidos detectados y su significado
Los aminoácidos detectados en las cáscaras de huevo fósiles se conocen como racémicos, lo que indica que se separaron de sus cadenas de proteínas hace mucho tiempo. Este hecho respalda la idea de que las cáscaras de huevo de dinosaurio han sufrido una degradación más extrema que los fósiles más recientes de cáscaras de huevo de aves y de conchas de moluscos.
Estas cáscaras se refuerzan con un tipo de mineral de carbonato de calcio llamado calcita. Este mineral actúa como un sistema cerrado, atrapando los productos de las proteínas involucradas en la calcificación. Gracias a esta propiedad, los aminoácidos de dinosaurios podrían ser el material relacionado con proteínas más antiguo encontrado hasta ahora.
Estudio del código genético
El código genético en el ADN, que se expresa en las proteínas, proporciona un código fuente para los organismos que los científicos pueden investigar. Las proporciones de isótopos estables de carbono, oxígeno o nitrógeno en los aminoácidos pueden revelar información sobre su fuente, como la dieta del animal.
Investigaciones futuras
El camino está ahora abierto para futuras investigaciones, que buscarán aún más atrás en el tiempo, estudiando otros organismos que refuerzan sus tejidos con calcita, como los trilobites marinos.
Como nota final, cabe destacar que los fragmentos de cáscara de huevo utilizados en el análisis inicial fueron finalmente repatriados a Argentina. Ahora se conservan en el Museo Provincial Patagonico de Ciencias Naturales, un recordatorio del pasado prehistórico que estamos aún en proceso de descifrar.