El carbonero japonés (Parus minor) rompe con los paradigmas científicos al utilizar gestos simbólicos, según se desprende de un estudio reciente. Tradicionalmente, esta forma de comunicación se asociaba únicamente a humanos y grandes simios.
El gesto de “después de ti”
El carbonero japonés tiene una peculiar forma de comunicarse con su pareja de apareamiento. Este gesto se asemeja al humano de extender la mano indicando a otra persona que pase primero. En el caso del ave, este comportamiento se da cuando uno de ellos se dispone a entrar en su nido.
Revocando las creencias existentes
La comunicación gestual se consideraba característica exclusiva de los humanos hasta que se demostró que los grandes simios, como los chimpancés y bonobos, también la utilizan. Aunque se sabe que algunos peces y aves usan movimientos corporales para señalar un objeto de interés, los gestos simbólicos requieren de habilidades cognitivas más desarrolladas. Hasta ahora, no había pruebas concluyentes de que algún animal no humano utilizase este tipo de gestos sin instrucción humana.
El estudio del carbonero japonés
Para el estudio, se observaron ocho parejas de carbonero japonés que estaban criando en cajas nido. Los investigadores analizaron más de 320 visitas a estos nidos y descubrieron un patrón constante: un ave aleteaba sus alas en la rama próxima al nido antes de que la otra entrara. El ave que hacía el gesto, entraba en segundo lugar.
Este comportamiento era más común en las aves hembra, que incitaban a los machos a entrar al nido, sin importar quién había llegado primero. Los investigadores aseguran que esto cuenta como un gesto simbólico porque solo sucedía en presencia de la pareja y se detenía cuando el otro entraba al nido, incitando a la pareja a entrar primero sin ningún contacto físico. Además, el aleteo estaba dirigido al compañero y no al nido, lo que lo diferencia de un gesto deíctico más simple.
Repercusiones del descubrimiento
Este hallazgo arroja luz sobre cómo se comunican las aves y podría tener implicaciones significativas en nuestro entendimiento sobre el origen del lenguaje en general. El estudio se publicó en la revista científica Current Biology.