La desaparición de un continente que se separó de Australia hace 155 millones de años, llamado Argoland, es una historia que ya conocemos. Pero, ¿qué pasaría si te dijera que este continente no se extinguió en su totalidad, sino que sobrevivió como un “conjunto muy extendido y fragmentado” bajo las islas al este de Indonesia? Esta es la sorprendente teoría que han propuesto investigadores de la Universidad de Utrecht en los Países Bajos.
La investigación del continente perdido
El estudio, que se publicó en la prestigiosa revista Gondwana Research, sugiere que Argoland no era un bloque sólido, sino que comenzó como una serie de fragmentos de continente. A lo largo de los años, estos fragmentos se rompieron formando lo que los científicos denominan “continentes de cinta” alrededor del sudeste asiático.
Normalmente, las divisiones continentales dejan huellas en antiguos fósiles, rocas y cordilleras. Pero en el caso de Argoland, parece que se ha mantenido oculto durante millones de años bajo las islas orientales del sudeste asiático. Para definir más precisamente esta serie de microcontinentes separados por el fondo oceánico, los investigadores han acuñado el término “Argopelago”.
Argoland y la línea de Wallace
El descubrimiento de Argoland podría tener importantes implicaciones para la comprensión de la llamada línea de Wallace. Esta frontera imaginaria separa la fauna del sudeste asiático y de Australia. Al oeste de la línea, podemos encontrar mamíferos placentarios como monos, tigres y elefantes, mientras que al este predominan los marsupiales y las cacatúas.
Es posible que Argoland hubiera llevado su propia fauna lejos de la futura Australia antes de chocar con el sudeste asiático. Si esta teoría se confirmara, nos proporcionaría una nueva perspectiva sobre cómo se ha desarrollado la biodiversidad en esta región.
Por lo tanto, las reconstrucciones de antiguos continentes, como la de Argoland, son fundamentales no solo para entender la evolución de la biodiversidad y del clima, sino también para la búsqueda de materias primas.