El nacimiento de un rinoceronte negro en un zoológico de Inglaterra ha generado esperanza en la conservación de esta especie en peligro.
En una circunstancia poco común, el ternero nació en plena luz del día, algo que no es habitual en esta especie. Desde su nacimiento el 12 de noviembre, la cría ha permanecido con su madre, Zuri, una rinoceronte negro oriental. Esta subespecie de rinoceronte, a la que pertenecen Zuri y su cría, estuvo al borde de la extinción, pero recientemente ha sido rescatada.
El rinoceronte negro es una especie amenazada, con alrededor de 6500 individuos restantes en la naturaleza. Las principales amenazas para su supervivencia son la pérdida de hábitat y la caza furtiva. Estos factores han llevado a varias subespecies de rinocerontes negros a la extinción.
El papel del zoológico de Chester en la conservación de los rinocerontes negros
El zoológico de Chester ha implementado un programa de reproducción para rinocerontes negros, en colaboración con otros zoológicos europeos. Este programa se basa en el monitoreo de las hormonas reproductivas en las heces de rinoceronte, lo que ayuda a determinar las parejas y el momento adecuado para la reproducción. A pesar de que la tasa de reproducción de los rinocerontes negros es lenta, con una sola cría por vez y un período de gestación de hasta 16 meses, este programa ha dado frutos.
Proyectos de reintegración de rinocerontes negros
En 2019, el zoológico de Chester facilitó un proyecto que devolvió un gran grupo de rinocerontes negros orientales a un parque nacional en Ruanda. Sin embargo, aún queda trabajo por hacer, ya que actualmente menos de 600 rinocerontes negros orientales se encuentran en Kenia, Tanzania y Ruanda.
A pesar de las adversidades, hay esperanza en la conservación de estos animales. El nacimiento del rinoceronte en el zoológico de Chester es un ejemplo del compromiso y la dedicación de los conservacionistas.
Según algunos científicos, los programas de reproducción en cautividad pueden ser un gran apoyo para la supervivencia de la especie. Parece que el zoológico de Chester está demostrando esta teoría con su trabajo constante y meticuloso de conservación.