En las profundidades de un antiguo pozo en la ciudad de Aylesbury, en el sureste de Inglaterra, los investigadores han descubierto un huevo perfectamente conservado, puesto por un pájaro hace casi 1,700 años.
Un descubrimiento sin precedentes
Este huevo, cuyo contenido aún se agita en su interior, es un hallazgo único y posiblemente el único de su tipo en el mundo. Estamos hablando del huevo entero más antiguo jamás hallado de la era romana. Su anuncio oficial se hizo en 2019 y, tras una serie de escaneos, los conservacionistas confirmaron que los elementos internos del huevo no se habían filtrado con el tiempo.
Una conservación natural
A diferencia de otros huevos antiguos que mantienen su contenido intacto, este huevo ha resistido el paso de los siglos gracias a la protección natural que se le brindó. Su cáscara, ahora extremadamente frágil, no puede exponerse al aire ni ser tocada sin el riesgo de romperse. Aún conserva en su interior sus componentes originales: el líquido, la yema y la clara. Aunque, con el paso del tiempo, estos dos últimos se han mezclado, también se ha formado una pequeña burbuja de aire entre el líquido y la cáscara.
El lugar del hallazgo
El pozo donde se encontraron no sólo alojaba este huevo, sino también tres más que, lamentablemente, no sobrevivieron intactos hasta llegar al museo y acabaron rotos durante el análisis. Además de huevos, el pozo contenía otros objetos de interés histórico como zapatos de cuero, herramientas, cerámica, monedas y una cesta. Los científicos creen que este lugar de la época romana pudo haber funcionado como un pozo de los deseos y que los huevos pudieron ser un ofrecimiento espiritual o religioso, ya que el agua parece haberlos protegido de la erosión severa de entornos más secos.
El huevo en el Museo de Historia Natural de Londres
El huevo sobreviviente fue trasladado cuidadosamente al Museo de Historia Natural de Londres. En este prestigioso lugar, los expertos están trabajando para analizar más detenidamente y sin dañarlo, el contenido del huevo, un descubrimiento que podría ser único en la vida de cualquier investigador.