La investigación científica ha dado un paso más en el conocimiento de las especies unicelulares con el descubrimiento de una archaea parásita, la Candidatus Nanohaloarchaeum antarcticus. Este sorprendente organismo tiene la capacidad de alterar el metabolismo de su huésped, el Halorubrum lacusprofundi. Interesante, ¿no?
Chequeo y selección de recursos por el parásito
Una de las particularidades de Ca. N. antarcticus es su selectividad respecto a los recursos que toma de su huésped. No consume todo lo que encuentra sino que, al contrario, se apropia solamente de ciertos lípidos y otros metabolitos que H. lacusprofundi produce y que él mismo es incapaz de sintetizar.
Un enfoque novedoso para la investigación
Este estudio se ha llevado a cabo gracias a una nueva técnica analítica que ha permitido identificar todos los lípidos presentes en el organismo anfitrión. Gracias a ella, hemos podido ver que:
- El parásito toma selectivamente ciertos lípidos y deja otros.
- El metabolismo de H. lacusprofundi varía entre los individuos que albergan al parásito y los que no lo hacen.
- Los cambios en la proporción de lípidos en los huéspedes parasitados son notables, con una disminución en los lípidos tomados por Ca. N. antarcticus y un crecimiento en la presencia de otros lípidos en el cuerpo del huésped.
Estos cambios en el organismo anfitrión podrían ser una respuesta al hospedaje del parásito.
Consecuencias posibles de estos descubrimientos
Estos hallazgos sugieren que los cambios metabólicos en respuesta a un parásito podrían afectar cómo el huésped responde a otros factores externos, como variaciones de temperatura o niveles de acidez. Además, los parásitos pueden alterar el metabolismo de otros microbios, lo que podría cambiar cómo responden a su entorno. Estas repercusiones apuntan a la necesidad de seguir investigando para entender mejor los mecanismos detrás de la selección de lípidos por parte del parásito y la respuesta defensiva del huésped.