El declive demográfico global en el próximo siglo debida a la disminución en las tasas de natalidad es un tema que requiere nuestra atención. La población de la mayoría de los países está en camino a disminuir, lo que puede plantear desafíos a nuestras economías y sociedades.
Tendencias demográficas
Los pronósticos sugieren una disminución drástica en las tasas de natalidad en el siglo XXI. De hecho, dentro de un periodo de 25 años, se espera que más de dos tercios de las poblaciones de los países estén en declive. Para 2050, se pronostica que 155 de los 204 países y territorios estudiados tendrán una reproducción por debajo del índice de reposición.
Las proyecciones indican que esta tendencia no solo continuará, sino que se intensificará. Para 2100, se espera que 198 países y territorios experimenten tasas de natalidad más bajas que sus tasas de mortalidad. Algunos países llegarán a tener tasas de natalidad por debajo de un hijo por mujer.
En contraste, se espera que solo Samoa, Somalia, Tonga, Níger, Chad y Tayikistán tengan tasas de nacimiento que superen el nivel necesario para mantener una población estable.
Factores subyacentes
El descenso de las tasas de natalidad en muchos países es el resultado de condiciones de vida mejoradas para las mujeres y las familias en general. Según el Estudio Global de la Carga de Enfermedades, Lesiones y Factores de Riesgo 2021, los impulsores clave de la fertilidad incluyen los niveles de educación, la disponibilidad de anticonceptivos, la mortalidad infantil y la vida en áreas urbanas.
Impacto de la migración
Ante esta realidad demográfica, la adopción de políticas de migración estratégicas será necesaria para evitar una disminución inevitable en la población humana en lugares con bajas tasas de natalidad.
La inmigración abierta será necesaria para sostener el crecimiento económico una vez que la población de casi todos los países comience a disminuir. La gestión de las caídas de población que muchos países enfrentarán a través de políticas de inmigración éticas y efectivas será necesaria.
Estas migraciones no deben ser unidireccionales para mantener un equilibrio global.
Todo el mundo no es igual
La mayoría de los recién nacidos, tres de cada cuatro, nacerán en países de ingresos bajos y medios bajos en las próximas décadas. Para 2100, se espera que uno de cada dos niños nacidos provenga de África.
Así, el mundo enfrentará simultáneamente un ‘baby boom' en algunos países y un ‘baby bust' en otros, una realidad que requerirá una gestión cuidadosa y considerada.