En el vasto sistema de cuevas de Richards Spur en Oklahoma, científicos han descubierto una roca con la primera piel fosilizada conocida de animales llamados amniotes. Este hallazgo, que data de hace 290 millones de años, 21 millones de años antes que cualquier otro descubrimiento similar, arroja luz sobre la evolución y desarrollo de la piel en los animales.
Un hallazgo relevante para la evolución de la piel
La piel es una barrera protectora vital para los animales. Este reciente descubrimiento, publicado en Current Biology, proporciona nueva información sobre cómo evolucionó la piel en los amniotes, un importante grupo de vertebrados que incluye reptiles, aves y mamíferos.
El animal que portaba esta piel fosilizada es probablemente un reptil. La piel tiene una superficie similar a la de los cocodrilos actuales, y también se asemeja a la de ciertas especies de serpientes y lagartos gusanos. Aunque no se encontró un esqueleto asociado con la piel fosilizada, su textura y características proporcionan pistas valiosas sobre su origen.
Detalles sobre la piel fosilizada
El estado de conservación de la piel fosilizada es excepcional. Ha sido carbonizada en 3D, lo que significa que no solo la capa exterior está presente, sino también estructuras relacionadas con la dermis profunda. Este nivel de detalle puede ayudar a los científicos a entender mejor cómo las características de la piel han evolucionado a lo largo del tiempo.
Importancia de la ubicación del descubrimiento
El sistema de cuevas de Richards Spur en Oklahoma, donde se encontró la roca, ha demostrado ser un lugar ideal para la preservación de tejidos blandos. La preservación excepcional de la piel en esta roca ayuda a demostrar la importancia de la piel incluso en los primeros estadios de la divergencia de los amniotes.
Posibles indicaciones para futuras investigaciones
La información obtenida de este hallazgo podría ser muy útil para futuras investigaciones sobre la divergencia y evolución de las características de los animales. Por ejemplo, podría ayudarnos a interpretar el desarrollo posterior y la aparición de folículos pilosos en mamíferos y plumas en aves. A pesar de los avances obtenidos con este descubrimiento, aún queda mucho por aprender sobre la evolución de las diferentes características de los diversos grupos de animales.