Los chicos de iFixit han publicado un completo análisis en el que desmontan el nuevo MacBook Pro sin Touch Bar, un equipo que presume de ser más ligero y más compacto que la generación anterior, pero también más potente gracias al uso de nuevos componentes.
Como suele ser habitual el artículo es muy extenso, pero lo importante es la puntuación que recibe el equipo, un 2 sobre 10, y los motivos que la justifica, que veremos justo a continuación.
Recordad que esa puntuación refleja si el equipo es fácil o difícil de reparar, nada más, y obviamente conseguir un equipo tan compacto y ligero implica sacrificios en este sentido.
Puntos positivos
- El trackpad (almohadilla táctil) se puede quitar sin sacar primero la batería.
Puntos negativos
- Tornillos propietarios complican el proceso de apertura.
- La batería está muy pegada y es difícil sustituirla sin romper nada.
- La memoria RAM está soldada a la placa, de manera que si montamos 8 GB de RAM nos quedaremos con esa cantidad para siempre, ya que no podremos ampliarla.
- El SSD se puede cambiar pero estamos limitados al estándar PCIe, que si bien resulta superior en cuanto a rendimiento también es más caro que los modelos SATA III.
Más información: iFixit.