Thomas S. Ross, natural de Florida, ha demandado a Apple y la acusa de copiar bocetos que él mismo diseño en 1992, en los que reflejaba una invención a la que bautizó como «Electronic Reading Device» (ERD), algo así como «Dispositivo Electrónico de Lectura».
En teoría y según se indica en la demanda el gigante de Cupertino ha vulnerado con su iPhone muchos de los elementos que Ross recoge en sus bocetos y que podemos encontrar hoy en casi cualquier smartphone, como por ejemplo la pantalla táctil, la posibilidad de almacenar archivos diversos y las capacidades fotográficas y de vídeo.
Haciendo un resumen podemos calificar los bocetos del demandante como precursores de lo que hoy por hoy viene a ser un teléfono inteligente, ya que los mismos son bastante completos y recogen muchos de los detalles que encontramos en ese tipo de dispositivos.
Sin embargo aunque el demandante llegue a considerarse como el precursor del iPhone hay un problema, y es que no llegó a pagar por la solicitud de la patente que hizo en 1992, así que la misma quedó desierta en 1995.
Con todo esto no le ha desmotivado y ha decidido lanzar esta demanda en la que pide nada más y nada menos que 10.000 millones de dólares a Apple, aunque en el escrito interpuesto indica claramente que los daños que ha sufrido son «irreparables».
No sabemos cómo acabará todo esto, pero lo que está claro es que el señor Ross tiene poco o nada que perder y mucho que ganar.
Más información: MacRumors.