La historia de Apple y el nacimiento de sus productos estrella siguen despertando una gran expectación, pero también bastantes dudas, algo comprensible dado el hermetismo que mantiene en gran medida la compañía de la manzana.
El caso es que la firma de Cupertino ha compartido con el Wall Street Journal algunos detalles de la habitación en la que nació el iPhone, una habitación sin ventanas denominada como «la habitación sagrada» por Greg Christie, uno de los miembros del equipo de trabajo que se encargó de desarrollar la interfaz.
Precisamente en ese momento no existía un prototipo de iPhone sobre el que probar el software que estaba siendo desarrollando, así que Apple tuvo que tirar de un Mac G3, cuya capacidad resultaba ser suficiente para mover la primera versión de iOS.
Finalmente este Mac G3 llevaba aparejada una pantalla táctil y un teléfono, tal y como podemos ver en la imagen que acompaña la noticia, dando forma a un conjunto bastante destartalado pero que se mostró capaz de cumplir sin problema con su cometido.